TEORÍAS SOBRE LA RESPUESTA SEXUAL HUMANA
El modelo lineal de Masters y Johnson
A principios de la década de 1950, Masters y Johnson1, tras estudiar la fisiología y psicología sexual humana, desarrollaron el modelo sexual lineal tanto para hombres como para mujeres, con estadios secuenciales de excitación, meseta, orgasmo y resolución (figura 1).
La fase de excitación puede durar de varios minutos a varias horas. En ella aumenta el nivel de tensión muscular, la frecuencia cardíaca y comienza la vasocongestión con aumento de los órganos genitales, como vemos en la tabla 1. En esta fase se produce también la lubricación vaginal y las glándulas de Cowper secretan un líquido lubricante en la uretra masculina.
En la fase de meseta, que se mantiene hasta el orgasmo, estos cambios se intensifican. La vejiga se cierra para evitar la mezcla de orina con semen y los músculos de la base del pene presentan contracciones rítmicas que finalmente expulsan el semen.
Durante el orgasmo, hay contracciones musculares involun-tarias, como las esfinterianas o espasmos del músculo carpopedal del pie, aumentan la presión arterial y las frecuencias cardíaca y respiratoria, y se produce una repentina liberación de la tensión nerviosa. En los hombres, el orgasmo generalmente se alcanza con la eyaculación del semen. Inicialmente fluidos seminales se acumulan en el bulbo uretral de la glándula prostática. A medida que se acumulan, siente que va a eyacular y esa sensación se experimenta como inevitable e incontrolable. En las mujeres se producen contracciones rítmicas del útero. La tensión de sus músculos aumenta la presión en el pene y contribuye al orgasmo. En ambos sexos, suele ser una experiencia intensamente placentera.

El modelo cíclico de la respuesta sexual femenina de Basson
Recientemente, Basson et al. definieron el modelo cíclico biopsicosocial de la respuesta sexual femenina (figura 2) en el que hay un feedback entre aspectos físicos, emocionales y cognitivos. Según este modelo, en las mujeres puede existir un deseo que provoque la búsqueda de una actividad sexual (deseo «espontáneo») o, más frecuentemente, puede darse una postura sexual neutra, una predisposición a realizar una actividad sexual que, si los estímulos son suficientes y adecuados, produce el paso de la neutralidad a la excitación y el deseo (deseo «reactivo»). Si el resultado es positivo, emocional y físicamente, se incrementa la motivación sexual.
La gratificación se consigue por la satisfacción y el placer (sea con orgasmo o sin él), y con otros aspectos subjetivos que no son estrictamente sexuales y que pueden tener mucha importancia, como la comunicación con la pareja, la intimidad emocional, la expresión de afecto, el compartir placer físico, complacer al compañero, la autoestima (sentirse atractiva, femenina, apreciada, amada o deseada) el relax o el bienestar. Todos estos elementos con figuran la predisposición de las mujeres, descrita al principio, a tener posteriores encuentros o actividades sexuales, es decir, son estímulos para pasar de una postura sexual neutra a la excitación y el deseo.
Si el resultado es negativo, como en los casos de dispareu-nia, disfunción sexual de la pareja, por efecto de medicamentos, etc., se rompe el ciclo y la motivación sexual con la pareja no se incrementa.
El hecho de que el desarrollo del acto sexual en las mujeres no siga un modelo lineal que comienza con el deseo sexual es importante a la hora de hablar de la disfunción sexual femenina. Distintos estudios concluyeron que la causa más común entre las mujeres era el escaso deseo sexual pero en muchos de estos casos se desarrollaría deseo durante el acto sexual.
La correlación en los hombres entre la excitación subjetiva y la congestión genital no se ve en las mujeres. La excitación sexual femenina está modulada por pensamientos y emociones desencadenadas por el estado de excitación sexual.
CAMBIOS FISIOLÓGICOS ASOCIADOS A LA RESPUESTA SEXUAL
Se
distinguen tres fases principales. La fase de excitación, la fase de orgasmo y
la fase de resolución, en las cuales ocurren unos cambios fisiológicos específicos
(tabla 1).
A
nivel práctico resulta útil ajustarse al modelo de ciclo psicofisiológico de
las respuesta sexual humana. Así las disfunciones sexuales pueden localizarse
en cualquier fase de esta, por ejemplo, la disfunción eréctil se incluye en
alteraciones de la excitación y la aneyaculación en trastornos del orgasmo. Los
invito a que permanezcan al tanto de las próximas entradas del blog, donde les estaré
comentando más sobre los trastornos de las disfunciones sexuales.
Hasta
una próxima entrada...